El 23 de febrero no es solo un recuerdo

 

       Me llamaron -¡cosa inaudita!- de Televisión Española en Navarra, a las 11 de la mañana. Me llamó, sin decir su nombre, una voz femenina, que me tuteaba como si me conociera de toda la vida. ¿Para? Para invitarme a hablar sobre el 23 F dentro de tres horas. Se conoce que leyeron el podcast anunciado en Diario de Navarra y decidieron incontinenti hacer algo parecido. Pues, no, así no se hacen las cosas. Bromas aparte, vi por la noche un excelente programa en TRECE, cadena que no conocía apenas, lo que me trajo a la memoria y a la mente no solo recuerdos sino una amarga reflexión. El intento de golpe de Estado de 1981 pasó hace mucho tiempo, y sin graves, sin demasiado graves, consecuencias, fuera de aquellos momentos, mucho más graves por la existencia de la banda terrorista ETA. Hoy tenemos otro intento de golpe de Estado, permanente, aunque sin tiros de subfusil al techo hasta ahora, en Cataluña. Golpe que defienden a todas horas varios partidos políticos presentes en las Cortes, y, de alguna manera, hasta un partido que co-gobierna en España, un partido que que defiende el falso derecho a la autodeterminación, la existencia de presos políticos en España, su indulto y hasta su glorificación, junto a su intento de terminar con el Régimen del 78.

A mi también sigue emocionándome el gesto de Suárez, y sobre todo el del general Gutièrrez Mellado, ese día. Pero no perdamos mucho tiempo en recuerdos, cuando la realidad política de nuevos golpistas, mucho menos chapuceros que los de 1981, nos abrasa, cuarenta años más tarde.