Lo cuenta Forges, con sus caracteríricos trazos cómicos, y me parece de lo mejorcito, especialmente dentro del matriarcado gastronómico habitual todavía en estos días de Navidad. Está el familión comiendo el mediodía del 24 de diciembre en torno a un ama de casa con las manos en la masa, y de pronto se oye el vozarrón del padrazo de familia, que proclama:
– Hoy voy a hacer yo la cena.
Todos levantan los ojos, dejan las cucharas suspensas y una sonrisa irónica se dibuja a la vez en todas las caras. Antes de cualquier otra reacción, se oye decir a la misma voz:
-¿Dónde está la cocina?