El desafío del Sínodo (IV)

        Las propuestas aprobadas por el Sínodo en su primera sesión de 25 días tienen acento: Es urgente garantizar que las mujeres puedan participar en los procesos de toma de decisiones y asumir funciones de responsabilidad en el trabajo pastoral y el ministerio. Y ponen como  ejemplo  la necesidad de que haya  mujeres jueces en los procesos canónicos, formadoras en los seminarios  y que se acaben los techos de cristal en los estudios teológicos.

En esta misma línea se insta a reactivar la investigación teológica y pastoral sobre el acceso de las mujeres al diaconado, un compromiso papal, que, tras un primer impulso, se había dejado caer. La denuncia llega también contra los casos de discriminación laboral y de desigualdad de remuneración en el seno de la Iglesia, en particular con respecto a las mujeres consagradas, consideradas con demasiada frecuencia mano de obra barata.  E incluso se sugiere la igualdad de lenguaje para varones y mujeres en textos litúrgicos  y documentos eclesiales, así como la inclusión de una gama de palabras, imágenes e historias, que se inspiren con mayor vitalidad en la experiencia de las mujeres.

Además de las mujeres, los obispos han sido otro los sujetos de estudio del Sínodo. El texto llama a revisar los criterios de selección de los candidatos al episcopado,  para que se equilibre la autoridad del nuncio con la participación de la Conferencia Episcopal y una consulta más amplia al Pueblo de Dios.

Se habla también de la pertinencia  de auditar a los pastores con una verificación regular sobre su estilo de autoridad, la administración financiera de los bienes de la diócesis, el funcionamiento d los órganos de participación y la protección contra cualquier tipo de abuso. Como era de prever, las víctimas de la pederastia, víctimas y supervivientes de abusos sexuales, espirituales, económicos, institucionales, de poder y de conciencia, se llevan un trato aparte, donde la escucha auténtica se califica de elemento fundamental del camino hacia la sanación, el arrepentimiento, la justicia y la reconciliación.