Escritor, dramaturgo y director de cine, nacido en Alsacia y de nacionalidad belga, es más conocido como director de las películas El señor Ibrahim y las flores del Corán (2003) y Cartas a Dios ( 2011). A los 28 años (agosto de 1989), contratado para ser guionista de una película sobre Charles de Foucauld, se extravió una noche en el sur del desierto de Argelia, donde estuvo a punto de morir y donde tuvo lo que él llamó su experiencia de fuego. Al día siguiente, al encontrarse con sus compañeros, una frase invadió todos sus pensamientos: Todo está bien. Una fe nueva y una paz profunda habitó su ser entero hasta hoy. Dejó entonces su profesión de enseñante y se dedicó a escribir. Una novela autobiográfica, La nuit du feu (la noche del fuego), 2015, recoge aquel acontecimiento. Otra obra de gran éxito es la novela El evangelio según Pilatos, en la que Jesús, tras resucitar, va en busca del prefecto romano.
Presencia. ¡Todo está bien! No se puede decir más. Esta energía inquebrantable, indomable, que actúa en el universo, me absorbe. Recibo mensajes de ella. (…) ¿Cómo? ¡Qué difíciles son! No para captarlos, pues se imponen por sí solos, sino para transcribirlos utilizando el lenguaje. Las palabras, estas pobres palabras, no ofrecen una vía a lo que experimento.
Así pues, no disponemos de palabras para describir un encuentro con Dios, una experiencia mística, una noche de fuego. Incluso la misma palabra Dios es metafórica. (…) Dios puede, para algunos, designar a una persona; para otros, una fuerza; para otros todavía puede referirse a un principio. En verdad, es una moneda que ha sido muy utiiizada y de la cual también yo me sirvo, por que no he encontrado otra mejor. Solo trato de dejar la traza de mis dedos sobre ella. Ninguna palabra es adecuada, ya que todas son humanas y remiten a la experiencia humana. Las palabras no contienen el sentido de la trascendencia. Así pues, hablar de Dios o hablar de una experiencia mística solo se puede hacer desde el orden poético.