Cuando Geroa Bai y Bildu pretenden extender el aprendizaje del euskara en todas las escuelas de Navarra, y Bildu consigue de Sánchez. a cambio de sus cinco votos a los Prespuestos del Estado, poder llevar la televisión vasca RTB-3 (para niños) a todos los hogares y escuelas de la Comunidad Foral, publica EL PAÍS un reportaje sobre el demoledor informe que revela el fracaso del Modelo D en las escuelas de Euskadi, del que ya hablé hace unas semanas en este cuaderno.
Baste ahora subrayar la última parte del reportaje, donde se recuerda con nostalgia la división del tiempo escolar durante la consejería de Zelaá (2009-2012) en el triple 20% para el inglés, el castellano y el euskera, y el 40% restante para el idioma mayoritario. O se aconseja una mayor autonomia de los centros para el uso de las lenguas. O se lamenta el olvido de la ley de 1993, sobrepasada por la inmersión de hecho en muchas escuelas, con el consabido fracaso.
En el mismo reportaje se recoge lo dicho por el especialista en educación, Javier Nogales, docente jubilado y ex responsable de la Federación de Educación de CCOO Euskadi: La educación no tiene por qué hacerse cargo de la euskaldunización de toda la población que nazca o venga a vivir en el País Vasco. La escuela tiene los objetivos que están establecidos en la ley: el desarrollo integral de una persona, la consecución del éxiro escolar. Y también: El eje central no puede ser el euskera, eso es una barbaridad; el eje central debe ser el alumnado, en toda su pluralidad.