Los dos recibieron recientemente en Madrid, en el curso de las jornadas Islam y Cristianismo: diálogo bajo un mismo techo, el premio Mundo Negro a la Fraternidad 2016. Los dos son el cardenal de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, y el imán de la mezquita central de la capital centroafricana, Omar Kobine Layama. Los dos han dado muchas pruebas de arrojo y fortaleza ante la pasada dictadura derrocada en 2013, ante la guerra civil y ante toda muestra de fanatismo, exclusión de odio de clase, de etnia o religión. Los dos dicen las mejores alabanzas uno del otro. Baste, por toda una historia, que puede leerse ya en la Red, este breve relato del cardenal, cuando se empeñó en visitar a su amigo, en medio de un clima de feroz enfrentamiento: Me amenazaban diciendo que no podía ir al Kilómetro 5, el barrio islámico de Bangui. Muchos musulmanes me echaban en cara que había distorsionado la fe de su imán. Él vio cómo destruyeron su mezquita y quemaron su casa. Entonces yo le acogí, junto a su mujer e hijos, durante seis meses en mi casa, en el obispado. (…) El diálogo entre Islam y Cristianismo no es una abstracción, una teoría, sino una forma de vivir. Es algo muy fuerte el buscar lo que nos une para avanzar. En nuestro caso, hemos visto en esto un sentido muy hondo de la religión. (…) El diálogo es el fundamento del Islam y del Cristianismo.