Escribe en 1810 (Aus dem Nachlass: Stuttgarter Privatvorlesungen) el último superviviente de la gran generación de los filósofos románticos alemanes y tercero de los grandes filósofos idealistas, Wilhelm Josef von Schelling (1775-1854), convertido como otros de sus amigos al catolicismo. Amigo también de Novalis, es más autocrítico que él al juzgar la historia de la Iglesia en Europa. Hay en ese libro que cito arriba tres párrafos que valen un tratado: El error que cometió la Iglesia en la época de la jerarquía eclesiástica no fue intervenir en el dominio del Estado, sino, al contrario, dejar a éste inmiscuirse en el suyo propio. En lugar de conservarse limpia de todo elemento exterior, se entregó al Estado abrazando ciertas de sus formas. La violencia exterior no podrá jamás servir la causa de lo verdadero y lo divino, y la Iglesia se apartó de su verdadera vocación desde que comenzó a perseguir a los heréticos.