El fracaso de todos

Leo en EP, en pequeñas caracteres de rúbrica, que “Casi 200 veces más dinero para armas que para combatir el hambre“, refiriéndose al fracaso de la conferencia organizada por la FAO, en Roma, sobre el hambre en el mundo. Y un resumen de lo que viene después: “Un informe destaca que los Gobiernos que comprometieron 4.500 millones en la cumbre de la FAO, gastan 850.000 [de euros] en Defensa“. Y se abren unos comentarios para los lectores. ¿Pero qué se puede comentar ante esta atrocidad inhumana, que explica bien el fracaso recientísimo, y viejísimo a la vez, de nuestra sociedad bienestante? Y mejor que no nos refugiemos en ese cómodo y seudojustificador anarquismo que nos caracteriza. Porque no son sólo los Gobiernos. Los Gobiernos saben bien a quiénes representan. Nosotros, claro, no gastamos en “defensa militar”, pero hay que ver lo que gastamos en defender de todos los modos posibles nuestras altas condiciones de vida, comparado con lo que gastamos en ayuda, colaboración, solidaridad, o como se diga, para combatir las hambrunas, el hambre habitual y otras miserias en el mundo. El fracaso de la cumbre de la FAO responde bien al fracaso de todos nosotros. Es muy proporcional a nuestra indiferencia, apatía, egoismo y falta de conciencia y de humanidad.