Iñaki Iriarte, el parlamentario estrella de Navarra Suma, daba cuenta aye en DN de los resultados de la evaluación del modelo D entre los alumnos de 2º dela ESO, llevada a cabo por el Instituto Vasco de Evaluación, encargada por el Gobierno Vasco. No creo que los resultados, negativos en su conjunto, vengan, por venir de donde vienen, magnificados en su conjunto, sino suavizados en todo caso.
Pues bien, según esa evaluación, solo el 10´7% tendría un nivel avanzado en castellano y en euskera; otro 20% alcanzaría el nivel medio en ambos idiomas; un 13´1% no sería competente ni en castellano ni ni en euskera; un 40´2% tendría nivel inicial en castellano pero sería no competente en euskera…. En resumidas cuentas, el 54% de los alumnos del modelo D de 2º de ESO en el País Vasco no es competente en euskera y solo un 15´6% tiene alta competencia en esta lengua, lo que se corresponde con el porcentaje de alumnos que lo tiene como idioma familiar.
Se paga así el disparate de haber abandonado, desde la misma Transición, por sinrazones políticas o por la coacción del ambiente, el principio universal que exige la lengua materna como lengua vehicular de la formación escolar y como base de las principales asignaturas.
En Navarra las cosas no deben de ir mejor, sino mucho peor, según las filtraciiones que tenemos de abandono de alumnos en el modelo D. Pero seguimos sin saber nada. Es práctica común de todos los Gobiernos navarros el haber abadonado todo interés por lo que aqui se enseña y se aprende – mi vieja obsesión: ¿Qué se aprende y qué se enseña aqui?– y sobre el de los dos últimos Gobiernos, por sinrazones políticas (interés, miedo y arrogancia) el no querer hacer conocer el fracaso de tal experiencia.