El reino de Dios está entre vosotros,
decía Jesús de Nazaret. Dichosos los ojos
que ven lo que vosotros veis.
Exorcismos, curaciones, y el anuncio del reino a los pobres
son claras señales para él
de que Dios ha llegado en serio
para reinar sobre el pueblo elegido en el tiempo final.
El reino futuro ha llegado.
O el reino futuro es ya tan inminente,
que domina y configura la vida de los hombres.
El reino de Dios es el eje central de todos los hechos y palabras
de Jesús de Nazaret.
Es presente advenido.
Es futuro inminente,
que él solo lleva a cabo
al hablar,
al curar,
al estar presente, activo entre su pueblo.
Profeta, bautista, exorcista,
sanador, maestro de la ley.
El reino de Dios no es un lugar o estado.
Es la misma venida de Dios
a salvar a las gentes.
Promesa y realidad.
Anuncio y evento.
Proyecto y memoria.
Fuerza liberadora
del mal, la finitud y la muerte
en la inmensa debilidad del amor.
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