Al títere Pedro Sánchez, en el anverso de maese Pedro (Ginés de Pasamonte), le mueve solo desde Waterloo o Ginebra (escándalo al que vamos acostumbrándonos) el prófugo de la Justicia Carles Puigdemont, por medio de la continua extorsión y del polivalente chantaje.
Tenemos un Gobierno y un Parlamento intervenidos desde Ginebra (mediador internacional) o desde Waterloo (Puigdemont).
Y un Consejo de Ministros, que aguarda hasta últimas horas de la noche el nuevo chantaje o la nueva extorsión para firmar lo que les mande en el último minuto -detalle del que hasta alardean los ministros y ministras- el Jefe Supremo, primer Títere del Reino de España.
(Podríamos titular, de ahora en adelante, como crónica genera de la degradación de un Gobierno que se llama europeo)