Ha hecho bien, muy bien, el rey Felipe VI en renunciar a la herencia económica de su padre e, incluso, en suprimir la asignación económica oficial de este, tras lo sabido sobre sus cuentas extralegales en Suiza o donde sea. Se ha quitado asi, de un buen manotazo, no el Corona-virus, que eso es imposible, pero sí el virus de la Corona, en que el rey emérito se había convertido.