En busca de San Quirico, en la sierra de Sarbil (I)

 

                           La sierra de Sarbil, levantada en el Eoceno, es no solo una singular cantera navarra de cortados -a cuchillo geológico-, cantiles y acantilados, como es bien visible, a los que el sol les da a veces un tono tan carnal, que parecen piel humana. Pues, de humanos va la cosa. Porque en esa sierra (que popularmente se llama Peña o Cabezón de Etxauri) y en sus inmediaciones hay, mejor o peor estudiados, al menos, 20 yacimientos pre y protohistóricos, y hay indicios de que algunos de ellos estuvieron habitados desde la cultura Epigravatiense, dentro del Paleolítico Superior Final, hasta la Edad del Hierro (c. 1000 – 200 a.C.). Pero, más concretamente, el carbono 14 (C14) ha probado que hace 17.000 años había vida humana en el pequeño Leguin, de cuyas cuevas hablé el otro día. Hacia el año 6000, además del anterior, probablemente estuvieron habitados los yacimientos de Cueva del Moro, Playa, Viñas de la Peña, y alguien trazó pinturas esquemáticas en dos Abrigos de la  Peña del Cantero, una de las más apetecidas por los actuales escaladores. En los inicios de la Edad del Hierro estuvieron poblados el susodicho cerro de Leguin y el que hoy se llama santuario de San Quirico o Quiriaco (por una ermita muy posterior, de la que solo quedan rastros).

Este es un espacio protegido para las aves, que anidan allí, especialmente los buitres leonados, que son los  reyes del espacio y rara vez suelen faltar; además, los alimoches, el águila real, el halcón peregrino y el búho real. El período de nidificación de estas aves impone las normales restricciones a cualquier actividad cerca del sus nidos, sobre todo a los numerosos escaladores, que tienen aqui su primera y mejor Escuela en Navarra. Más de 700 vías de escalada están abiertas en una u o otra pared de las peñas exentas o del murallón último, hacia los que parten centenares de sendas desde los cuatro puntos cardinales, y que se cruzan y entrecruzan a lo largo y ancho de la pendiente y del somontano. Toda esta parte sur de la sierra está intensamente ocupada por la carrasca, la coscoja o chaparro, el boj y el enebro de la miera. De cuando en cuando aparecen algunos serbales.

Sabiendo que no era fácil el ascenso, un perfil no bien diseñado de ruta nos animó a llegar a nuestro objetivo, que no era otro sino San Quirico, y allá que nos fuimos, una mañana soleada de noviembre, con incontables ciclistas que bajaban desde el Puerto de Etxauri, y numerosos coches aparcados junto a  las tres o cuatro entradas más visibles desde la carretera.