En «La Custodia», de Viana

         El arqueólogo e historiador local Juan Cruz Labeaga encontró en 1971 este importante yacimiento, en la horquilla  entre los regatos Perizuelas y Valdibañez, ocupado ya en el Paleolítico inferior y medio, de 125.798 metros cuadrados en sus años de mayor expansión (Hierro medio y final), que después estudió el mismo Labeaga pormenorizadamente, y tras él  otros investigadores, como Castiella , y más adelante y ahora mismo Javier Armendáriz.

Es doctrina común entre los investigadores que La Custodia fue la ciudad berona de Varacos, destruida por Sertorio el año 76 a. C. en su lucha  contra Pompeyo, descrita por Tito Livio, y antecesora de la ciudad romana de Vareia, al otro lado del Ebro, junto a la desembocadura del Iregua. Recuerdos de la póspera ciudad berona son las famosas téseras de hospitalidad, que en su día  me mostró el mismo Labeaga, y signo de la conquista y destrucción por los romanos son los regatones, lanzas y glandes de plomo encontrados bajo tierra. Abundante es también el monetario procedente de 17 cecas ibéricas, sobre todo de la llamada Barskunes.

Seccionado el yacimiento por la carretera nacional 111, en su terreno, que sigue siendo propiedad particular, se plantaron recientemente viñas y se ha ido sembrando y recogiendo cereal. A finales de agosto, Armendáriz nos invitó a varios aficionados a visitar el yacimiento de cerca, aprovechando la excavación que él dirige gracias a la ayuda del ayuntamiento de Viana. Aparte de poder ver in situ los trabajos de su equipo, a todos nos impresionó mucho ver entre las losas de las calles y las piedras de los muros de las casas los esqueletos de aquellas pobres víctimas, incluso con un glande de plomo clavado ente las costillas o en la misma cabeza,

Por lo demás, y como ya he escrito muchas veces, seguimos con el problema de la propiedad de los terrenos y la pasividad de los llamados poderes públicos a la hora de la protección o de la compra. Aqui, y, según me dicen, también en el caso de exepcionales descubrimientos en otras Comunidades. Otro índice de nuestra proverbial incultura.