Con el relato liberal universal -único superviviente de los tres que dominaron el siglo pasado- muy debilitado, sobre todo después de la elección de Trump y del triunfo del Brexit; sin alternativa clara por parte del comunismo chino o norcoreano; del nacionalismo ruso; del islamismo asiático y africano, o de la revolución de los pobres del mundo. Cuando las revoluciones en la tecnología de la información y en la biotecnología, capaces de desbordar todas las instancias políticas y económicas del planeta, se hallan todavía en una fase temprana. Cuando el mundo entero está empezando a dar los primeros pasos decisivos frente al temido colapso ecológico, la amenaza mayor hasta la irrupción de la pandemia del coronavirus en los cinco continentes…
todavía podemos decir, a día de hoy, que la actual peste vírica mata a menos personas que la vejez y que las enfermedades ordinarias; que el hambre mata a menos personas que la obesidad, y que la violencia mata menos, cada día, que los accidentes. Y todo esto, por vez primera en la historia desde hace muchos años, a pesar del auge del coronavirus, hoy 25 de abril de 2020.
Esperemos que la peste de este año de desgracia no cambie el signo positivo de esta era histórica.