En homenaje al pintor, escultor, pedagogo, poeta y amigo Antonio Eslava, y a su hijo, Juan José, joven compositor musical de muchos kilates, así como al periodista Pablo Ramos, y otros coautores del ballet Encierro, que nos han presentadoi hoy en el Museo de Navarra, he rescatado estos viejos versos, que llevan el mismo título:
El cohete de las ocho
abre la carrera lúdica.
Cruzan los rayos desnudos:
astados cuervos de muerte.
Las furias de rabia y luto,
sueltas por la calle insomne.
Duros patriarcas de vida
con ciegos ojos de fuego.
La revancha natural
contra una historia de sangre.
La cólera avasallada,
hecha diversión de feria.
Camada madrugadora
que los hados no controlan.