Los pintores y escultores
te hicieron viejo y decrépito,
como se ve.
¡Qué pasada te jugaron
los géneros literarios
de la Biblia,
qué!
Silencioso y humildoso
pasaste toda tu vida
sin decir ni a ni b.
Y no sabemos aún
cuándo naciste y moriste,
ni cuál fue
con Jesús y con María
tu existencia en Nazaré,
Los exégetas modernos
te han devuelto la familia
y te
han hecho un hombre normal,
esposo y padre fecundo,
no sólo un hombre de fe.
Enhorabuena,
José.
Ya
sé
que todo es un poco tarde.
Ya sé…