En el Rincón Hemingway del Café Iruña de Pamplona, me encuentro con unos cuantos y unas cuantas jóvenes del Equipo Europa (EE) en Navarra. Invitado por ellos para hablar sobre mi vida de parlamentario en la Asamblea del Consejo de Europa y después de diputado al Parlamento Europeo, les cuento cómo veo desde aquí y ahora aquella aquella entusiasmante experiencia, allí y aquí, en aquellos años creadores y esperanzadores.
Pero sobre todo me alegro y les felicito por su existencia, por su constitución como grupo, por sus primeras iniciativas y actividades. Toda la historia de las grandes instituciones europeas comenzó por un pequeño grupo de entusiastas pro activos, que no se cansaron de perseguir el ideal. Acertaron unas veces, se equivocaron otras. Pero siguieron adelante y llegaron, entre todos, a conseguir una de las más ricas creaciones de la historia política mundial: Europa Patria nostra.
Enhorabuena.