¿Estamos en período de decadencia? (I)

 

         Coinciden muchos expertos -filósofos, sociólogos, psicólogos, politólogos…- en que en nuestra sociedad occidental vivimos tiempos similares a la lenta caída del Imperio Romano. O al colapso de las Ciudades-Estado de Grecia. O al pausado declinar de la Serenísima República de Venecia en si siglo XVII. Decadencia que puede durar años o siglos. Decadencia que, como en los casos anteriores, puede seer compatible con una abundante prosperidad material. Porque el período de mayor pujanza económica y tecnológica de la historia, que hoy vivimos, puede muy bien coexistir, como en los ejemplos aducidos, con un agotamiento social, psicológico y moral.

Al decir de Ross Douthat, el joven analista político norteamericano, decaemos porque lo hemos hecho muy bien y somos victimas de nuestro propio éxito. Crecimos y ahora nos estamos estancando:  desde hace varias décadas formamos menos empresas, cambiamos menos de ciudad, tenemos menos hijos. Desde un ángulo de visión más institucional, el británico Niall Ferguson, escritor e historiador, considera que en este siglo hemos entrado en una gran degeneración, porque hay en mucha partes la creciente percepción de que las administraciones están pobladas por políticos que sirven a sus intereses particulares  mucho más que a sus ciudadanos.

Artística, cultural y políticamente nos hemos vuelto repetitivos. Los algorismos que estudian la evolución de la canciones populares muestran que la música es cada vez menos innnovadora en ritmos, melodías y letras. Cinematográficamente, parece que el tiempo se detuvo en los años cincuenta y sesenta. Las novelas han evolucionado menos desde 1990 que en las tres décadas anteriores. Lo mismo podríamos decir de la poesía.