Que EH Bildu, socio parlamentario del actual Gobierno, haya incluido en sus listas electorales 44 candidatos que fueron en su día condenados por colaborar o integrar la banda terrorista ETA, 7 de ellos con delitos de sangre, no hace mover un dedo, ni un pie, ni un labio a Pedro Sánchez y su partido sanchista. A lo sumo, a última hora, y tras un aluvión de reacciones adversas en toda España, unos suspiros…
Tampoco al Gobierno social-nacionalistavasco-podemita de Navarra, que se formó gracias a votos de EH Bildu, partido también socio parlamentario durante toda la legislatura. Es natural: favor con favor se paga, y perro no muerde perro.
Pero Javier Remírez Apesteguía, vicepresidente del Gobierno de Navarra, miembro de aquella Gestora del PSN-PSOE de 1996-1997, que profesaba la doctrina de la ejemplaridad política opuesta a la que mantiene el actual Ejecutivo, va más allá. Y tras recordar la legalidad de EH Bildu, afirma insistentemente, sin que se le suelten los botones de la americana, que el que estas personas asuman la legalidad vigente, la institucionalidad y lo que recoge la realidad constitucional es sinónimo de su derrota y de la victoria del conjunto de los demócratas.
De lo cual se deduce, por pura lógica aristotélica, que, si en vez de 44 candidatos condenados hubiera 100, y en vez de 7 asesinos hubiera 30, el signo de su derrota sería mayor y mayor el de la victoria de los demócratas. De donde vuelve a deducirse que, una victoria de EH Bildu en las próximas elecciones sería lo mejor que podríamos desear para que se manifestara en todo su esplendor su derrota y nuestra victoria.
Esperemos, pues, nuevos días de triunfo para un próximo Gobierno tri/cuatri/penta/partito en Navarra, con la participación, sin complejos, de EH Bildu, que cada día manifestará así su derrota política y, a la vez, la victoria de los que siempre hemos estado contra ETA-HB y contra postETA-EH Bildu.
Tendremos -lógicamente, de nuevo- que agradecérselo.