Glocalidad

El político malayo Datuk Serij Najib Tun Razak ha introducido en el lenguaje político internacional, en inglés, los neologismos glocal y glocalidad, de las palabras inglesas (procedentes del latín) global y local, reunidas. El nuevo vocablo suma las dos grandes dimensiones civico-políticas de lo universal y de lo concreto y cercano, sin las cuales no hay nada serio, constante y actual.
Tren de vida:  vida siempre desasosegada, veloz o renqueante, afanosa, caminante, viajera.
– Si hay alguien dudoso entre los extremo orientales, para nosotros tan parecidos, casi siempre, y por estadística, es chino.
– A los chinos de Hong-Kong, por ahora, no les ha tocado la china.
– Varios años antes de que unos musulmanes fanáticos destruyeran las «torres gemelas» de Nueva York, otros musulmanes inteligentes construyeron las torres gemelas de Kuala Lumpur -las «petronas»-, más altas y más hemosas.
– Si a alguien se parecen las mujeres con velo, o con el velo como parte del uniforme, de estos países mayoritariamente islámicos, es a nuestras tradicionales monjas católicas, las «monjitas» de los castizos. Durante siglos -en Oriente, antes de nuestra Era- se cubrió la cabeza de la mujer por razones socio-culturales, a las que un día se añadieron supuestas razones religiosas. Se le privó y priva así a la mujer, y sólo a ella, de llevar descubierta la parte más «noble» (al decir de todos) del cuerpo y, sin duda, la más bella.
– A las rayas marinas, recién planchadas, que vemos en el estupendo acuario de Singapur, no se les ve las arrugas.
– ¿Cómo no van a emigrar a miles los indios a Indonesia?
– Si las Iglesias cristianas han ido tecnificando el toque de campanas en iglesias y catedrales, el Islam no sólo ha tecnificado la oración y el canto del almuédano, sino al mismo almuédano, que ha desaparecido de los minaretes.
– El Japón, sobre el mapa, es un caballito de mar.