– ¿Ahora, todos social demócratas? ¿Ya no socialistas? Recuerdo cuando, en aquellos años, se reían de algunos de nosotros, que nos llamábamos sociademócratas, por derechistas, quién sabe si tambien por fascistas. Socialfascistas era el apodo que les daban a los socialistas de los años 30 sus camaradas comunistas. Una vez intenté meter el nombre socialdemócrata en un programa del PSN y se armó un lío. ¿Pero sabe alguien la diferencia entre las dos denominaciones? ¿Sabe hoy alguien en Europa qué es la socialdemocracia? Ciertamente, gobernar con PODEMOS y pedir cada día el voto de ERC y BILDU ¡no es muy propio de socialdemócratas!
-Giro verbal de muchos grados. Uno más. Y es que, cuando no hay eje, todos los giros son posibles. La realidad le irá desmintiendo día a día.
-Tampoco podía extrañarnos, y ya era vez común, que, frente a las próximas elecciones, acabaría haciendo algo parecido. Tal vez no lo esperábamos tan pronto. Acaso las encuestas, que no son las del CIS, y los pujos de la comunista gallega, Yolanda Díaz, han apresurado la reacción.
-Como se trata de eso, de dar esa impresión sociademócrata unitaria, ciertos barones han disimulado como han podido para no ser borrados de la lista; Felipe González, que extendía la mano, se dejó abrazar -hizo bien no dejándose arrebatar todo el partido-, y traidor el que no aplauda. Por eso mismo, los grandes temas, de los que se compone la verdadera política nacional, no han importado mucho, o no han salido siquiera a la luz.
-El fin sigue justificando los medios. Los valores valen poco, si es que valen. Y los escrúpulos no valen nada ante el poder. Nadie olvida que en El País de Antonio Caño y de Alfredo Pérez Rubalcaba, Pedro Sánchez, en aquel séptimo editorial, fue tildado de irresponsable sin escrúpulos. Y ahora aplauden todos a Rubalcaba, una vez convertido en busto de bronce, en horrendo busto por cierto.