Sofonías 3, 14-18a
Grita, Jerusalén, alborozado.
Clama, jubiloso, Israel.
Que Yahvé ha apagado el ardor de su cólera,
ha alejado a tu enemigo
y está, protector, en medio de ti.
No tengas miedo, Jerusalén.
Dios es tu salvador poderoso,
que con su amor te renueva.
Danza y grito de gozo,
igual que en los días de fiesta.