En el Diccionario filosófico, voz Conde de Aranda, Voltaire escribe cuatro líneas que van a servir durante mucho tiempo como norma dualista entre quienes separan más que distinguen el fuero interno y externo, la Iglesia y el Estado, la salvación de los pueblos y la justicia en la tierra: La conciencia, el fuero interno (como lo llama la Universidad de Salamanca) es de otra índole; nada tiene que ver con las leyes del Estado. Los inquisidores y los teólogos deben rezar a Dios por la salvación de los pueblos; pero los ministros y los magistrados deben cuidar de bienestar y de la justicia en la tierra. Demasiado dualismo. Innecesaria oposición.