Nacido hace 66 años en Cartagena, casado con 14 hijos, estudió medicina y creó una red de clínicas que llegó a tener 10.000 alumnos en toda España. Miembro del Camino Catecumental, en 1991 decidió ir con su mujer, como misioneros, a la República Dominicana. De regreso a España, una carta apostólica de Juan Pablo II le animó a fundar una Universidad Católica, presidida por él. Hipotecó y vendió su importane patrimonio familiar y consiguió que la Diócesis de Cartagena-Murcia le cediera el monasterio de Jerónimos de San Pedro de Ñora, donde ubicó la institución. Comenzó con 60 alumnos y ahora tiene más de 17.000, con 1.300 trabajadores en nómina, y ofrece 40 titulaciones. Siguiendo el modelo anglosajón de Yale o Stanford, que es el que más le gusta a Mendoza, deportista y enamorado del deporte, éste tiene una gran importancia en la vida de la universidad, con una notable financiación, que controla más de 4.000 deportistas a través de equipos propios de fútbol, baloncesto y tenis de mesa, junto al patrocinio de clubes de voleibol, balonmano, natación, fútbol sala y tenis, además de un apoyo específico a deportistas individuales olímpicos. Como si esto no bastara, la universidad Católica de Murcia ayuda a decenas de deportistas famosos, antes y después de retirarse del ejercicio del deporte, a estudiar una carrera. Y ahora mismo cerca de 40 deportistas de la delegación española que acudirá a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro pertenecen a esa Universidad. Ejemplo que estudian ya varios países de todo el mundo.