Las noticias sobre la mayor matanza de palestinos, llevada a cabo hace unas horas en Gaza por el ejército israelí, después de una breve tregua, y la habitual política, enloquecida, homicida y suicida, antes y ahora, de Hamás, que se apresta a repetirla, según sus últimas declaraciones, me impiden esta noche transcribir el breve villancico navideño que tenía preparado para hoy. En homenaje a todas las víctimas del drama palestino-israelí, elijo de nuevo el villancico más breve que he escrito nunca, compuesto en mi visita a Tierra Santa, durante la Navidad, a mediados de los ochenta:
Ay, qué desgracia, madre,
la de este crío:
niño judío ayer
y hoy palestino.