– Casi todos ya llaman a los altos magistrados de la nación progresistas y conservadores, como si fueran sus apellidos, o como si actuaran en calidad de representantes de los partidos políticos que los propusieron y los votaron.
– Así que la más alta justicia de España ya no es una, sino dual: progresista o conservadora. Se ha debido de quitar la venda de los ojos que la hacía imparcial y ahora debe de mirar a un lado y otro antes de dictar sentencia.