Julio, hermano y buen amigo:
el primer día de tu cumpleaños en el cielo de Dios,
¿No te has cansado ya de no hacer nada, sino alabar al Señor?
¿O es otro el cielo, como yo siempre sostengo,
del que nos enseñaron nuestros místicos maestros de provincias?
Estoy seguro de que asistes, viejo profesor,
a las clases de sublime teología de Jesús de Nazaret,
a la que van como insignes discípulos
Agustín de Hipona, el Magister Sententiarum,
Tomás de Aquino, Suárez, Leibniz,
Harnack, Bultmann, Ratzinger y Rahner,
y el último llegado Hans Küng.
¿Quién de ellos estuvo más cercano a la verdad?
De aquellos jesuitas y aquellos dominicos,
que tanto discutieron sobre el hondo misterio de la gracia,
¿quiénes escribieron los mayores disparates?
¿Y qué dice Jesús de los últimos dogmas?
¿Y cómo califica el Concilio Vaticano Segundo?
Y, volviendo a los chismes, que tanto te gustaban,
¿Qué papas faltan en el cielo, si falta alguno?
¿Y de los canónigos de Pamplona, como tú?
…
Qué ganas tengo de que, un día, próximo siempre,
sigamos recorriendo el centro de Italia,
o Guipúzcoa, Huesca, y Ultrapuertos,
como en aquellos tiempos memorables.
…
¿También en el cielo habláis de Sánchez y Zapatero?
Y de Lerín, ¿qué me dices de Lerín?
¿Hay más gente en el cielo de tu pueblo
que de todos los pueblos de Navarra?