El domingo, día 10 de noviembre, entrevistado por Diario de Navarra, un alto cargo del Gobierno de Navarra, y afiliado al PSN-PSOE, intenta justificar radicalmente los repetidos pactos, estos últimos años, del PSN-PSOE con EH BILDU:
–Radicalmente, sí.
Se enreda luego con unas palabras del líder laborista israelí en aquel tiempo, Shimon Peres, sobre la luz al final del túnel en el conflicto palestino-israelí, en las que lamentaba que no existiera el túnel, comparando aquella situación con el terrorismo de ETA en España. Llega a defender el diálogo con la actual coalición EH BILDU -¡los pactos son mucho más que diálogo!-, porque crea un espacio de construcción del túnel, lo que no le parece contradictorio con la debida exigencia para que la Izquierda Abertzale (esa trampa lingüística, de la que he hablado tantas veces), como él la llama, reniegue de su pasado terrorista; exigencia, que el dirigente socialista formula con una expresión harto suave y edulcorada, como decir que toda violencia que generaron, matar y extorsionar, nunca tuvo que existir. Así de fácil.
(Hay que añadir que la llamada Izquierda Abertzale es mucho más que la coalición EH BILDU, uno de sus brazos políticos, y dependiente del partido central SORTU).
Quien lea esto y no conozca la realidad puede pensar que los pactos políticos entre PSN y EH BILDU son parte de una generosa decisión política, tomada tras una teórica y paciente reflexión, a fin de conseguir la conversión de todo el complejo movimiento, heredero de ETA-BATASUNA, a la paz y a la democracia, sin tener nada que ver con interés espurio y partidista alguno.
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Cuando menos se espera,
salta la liebre.
Cuando menos la esperan,
salta la muerte.
Salta y asalta
la pobre vida
que iba tan alta.