A pesar de la pitada al rey español, como titula un diario independentista vasco el suceso, pitada inducida y largamente anunciada, en una ocasión tan favorable, lo cierto es que la Liga y la Copa españolas nos unen a los españoles mucho más que cualquier mitin de partido político, que cualquier reivindicación sindical, que cualquier fiesta autonómica. Y eso es la mejor prueba de que existe una nación, una sociedad, aunque diversa, consciente de su existencia y de su convivencia, que tiene proyectos comunes y lleva a cabo acciones comunes. Nada parecido a un derbi entre el Barça y El Espanyol, o entre el Athletic y la Real Soiedad, que estuvieran fuera de la misma Liga y Copa Española.