El economista don Alberto Recarte, en un informe que acaba de publicar, sostiene que la clave de la crisis radica en el excesivo endeudamiento gracias a la facilidad del crédito tras la llegada del euro, ahora hace 10 años. La entrada del euro, según él, impulsó el crecimiento económico español, pero a la vez propició la acumulación de una elevada deuda por parte de la banca, las empresa y las familias. Nos hizo creer que los precios de algunos bienes, como la vivienda y otros edificios, siempre subirían, los tipos de interés siempre serían bajos y siempre habría demanda para lo que se construyera. El cuento de la lechera, vamos. Se construyó más que en ningna parte, y el crédito bancario al sector privado fue mucho mayor que la media en las economías europeas. Y la demanda de crédito superó la capacidad de ahorro de la economía nacional. Se equivocaron, pues, los promotores (por el precio excesivo en la compra de terrenos). Se equivocaron las familias (endeudadas). Se equivocaron los bancos y las cajas (por las facilidades dadas a la promoción bancaria). Así que, al final: excesos inmobiliarios y falta de liquidez interbancaria. Por lo visto los que no se equivocaron fueron los propietarios de terrenos: vete ahora a pedirles cuentas. Los promotores, bancos y cajas siempre se consolarán mejor que los compradores de pisos. Y supongo que economistas y políticos se habrán equivocado un poco más todavía que los paisanos que les leen, les estudian y les votan.