Se habían propuesto sobre el caso de los divorciados vueltos a casarse soluciones de diverso tipo -innovaciones en la normativa sobre el matrimonio, una norma jurídica nueva… -, pero al fin el papa Francisco, sin cerrar ninguno de esos caminos para el futuro, eligió el del discernimiento de conciencia de las personas afectadas. Y así lo expresó en su Exhortación postsinodal, Amoris laetitia, fruto de dos Sínodos dedicados a la familia y de una reflexión ulterior, Los parámetros de dicho discernimiento están bien indicados: 1) una situación objetiva negativa; cristianos divorciados recasados; 2) que puede no ser subjertvamente culpable, por lo que la persona afectada puede vivir en gracia de Dios; 3) y, por tanto, puede recibir la ayuda de la Iglesia, por medio también, en ciertos casos, de los sacramentos. – Marciano Vidal, uno de nuestros mejores teólogos moralistas, es de la opinión de que, contra lo que muchos dicen, la Exhortación pontificia contiene la innovación de llevar la solución al ámbito de la conciencia personal, pero sin ruptura: Hay una innovación dentro de la «continuidad doctrinal». Se trata de una evolución orgánica homogénea de la doctrina pontificia anterior (Familiaris consortio, de Juan Pablo II (1981). Y que puede tener ulteriores desarrollos, con sus respectivas aplicaciones.