La responsabilidad constitucionalista

 

   Sabemos de sobra de dónde nació CIUDADANOS: de la reacción política y social en Cataluña, y después en el conjunto de España, ante el separatismo catalán. De dónde nació PODEMOS:  de la reacción de política y social, aquel 15 de mayo, de una izquierda, descontenta de IU y del PSOE, ante la crisis económica y política en toda España. Y de dónde VOX: de la reacción de la derecha ante el separatismo catalán; el poderío político de BILDU, heredero de ETA; la coyunda de ambos con el sanchismo, a la vez que de la inacción de CIUDADANOS en Cataluña y de la inacción del Gobierno de Rajoy.

Hoy en día, reducidos a la nada o a la casi nada CIUDADANOS y PODEMOS, queda  fuera del bipartidismo: VOX,  en ascenso continuado, porque sus principales causas permanecen e intentan permanecer. Escisión, en buena parte, del PP, pero mucho más que eso, tachado de ultraderecha por el sanchismo y todo el bloque anticonstitucional, como el mejor lema electoral, que hasta ahora se demuestra ineficaz, es para el PP, además de cuña de la misma madera, una incómoda ayuda, pero ayuda decisiva, cuando no exige demasiado, como en la C. A. de Madrid, y piedra muy molesta en el zapato de andar, cuando intenta entrar en el Gobierno (como ahora  en Castilla y León y pronto tal vez en Andalucía). Partido alineado con la ultraderecha, confusa y dividida, en toda Europa; antieuropeísta; nacionalista exacerbado; negador de la España autonómica; ferozmente anti emigración…, además de comodín o demonio para el PSOE, que gobierna con la ultraizquierda, aunque no la reconoce como tal, es para el PP una pesada amenaza no solo porque le arrebata muchos votos, sino porque una alianza con VOX  lo retrataría  feamente en Europa y sería el mejor argumento electoral para el sanchismo, que, en un mal momento, aliado con todos los diablos de la política española, jugaría hipócritamente con el peligro de la ultraderecha.

Por eso algunos líderes del PSOE, comenzando por Valladolid, comienzan  a volver a los beneficios del viejo bipartidismo; recuerdan la abstención del partido de Javier Fernández  en favor del PP, y otros gestos de los partidos tradicionales en Europa. ¿Por qué no abstenerse en la eleccióndel presidente de la Junta de Castilla y León para que VOX  no entre en el Gobierno? Según las encuestas, el 51% de los castellano-leoneses prefieren esa fórmula, que es también la mayoritaria entre los votantes socialistas (55%) y los votantes del PP (60%).

El sanchismo, coaligado con la ultraizquierda, pertrechado por separatistas, confederalistas y autodeterministas, se resiste a dejar su Frente Popular, pero ese rechazo podría resultarle muy caro en toda España. ¿No le ofreció algo parecido el PP al PSOE de Sánchez en el Gobierno de la Nación, y NAVARRA + al de Navarra, con tal de que dejara las malas compañías antes mencionadas? Los políticos españoles son  tan mediocres, y la política axctual es tan atravesada y cainita, que se nos hace difícil ver, aqui y ahora, una salida airosa. Pero todo puede hacer una situación llegada al límite.