La ruina económica y moral de Navarra

 

        Hace años que sigo los escritos de Manuel Sarobe, aquel muchacho vecino mío y hoy notario de Pamplona, por su agudeza de juicio, su rica información, su valentía en el decir. Sus dos últimos artículos publicados en DN, Hacia la ruina económica y moral de Navarra, son todo un tratado sobre nuestra situación política.

En el primero afirma que Navarra es un infierno fiscal y lo prueba comparando a Navarra con  Euskadi. En el segundo de ellos, tras exponer con claridad meridiana el programa económico de BILDU para Navarra, escribe a modo de conclusión: El año entrante se cumplirá una década del advenimiento de los gobiernos del cambio. Tan innegable como que el prometido cambio se ha producido, es que lo ha sido a peor. Elijan el dato a comparar. Los socialistas, cuyos principios han resultado ser tan líquidos como los de Groucho Marx, han priorizado aferrarse al poder y colonizar la infinita Administración foral para saciar el hambre acumulada desde que la corrupción los alejó de él. Y lo han hecho con un altísimo coste para Navarra, pues las políticas impuestas por sus radicales socios han truncado la exitosa trayectoria de progreso y bienestar que iniciamos en los pasado años 60.

Los abertzales, entre tanto, transitan felices por la alfombra roja que les ha extendido el PSN, liderados por irredentos fósiles como Araiz en el Parlamento, Abaurrea en Pamplona y Barrena en Europa, persiguiendo sus históricos sueños, que no pasan precisamente por procurarnos trabajo y pan, sino por encerrarnos en su anhelada nación de pitiminí. ¡Abran los ojos, por lo que más quieran!