La torre de Urkulu y el Camino alto de Santiago

 

                  El ingeniero Isaac Moreno Gallo, primer especialista en España en construcciones romanas, que nos deslumbró a todos en TVE2, hace unos meses, mostrándonos acueductos y vías romanos en toda Europa, acaba de publicar en You tube una entrevista reveladora con Juan Mari Martínez Txoperena y Rafael Zubiría Mújica, los descubridores de varios miliarios y de la calzada romana que llega desde Fillera hasta el Summus  Pyreneus.

En esa entrevista, con argumentos inapelables, y siempre con el mapa como soporte, nos convence de que el camino romano auténtico desde Roncesvalles a San Juan de Pie de Puerto no es el alto, que pasa por Bentartea y Lepoeder, sino el bajo que va por Valcarlos a San Juan, es decir el Camino Viejo, camino de herradura hasta 1881, cuando se construyó la actual carretera.  Moreno repite que Aymeric Picaud, el autor del Codex Calixtinus, fue el autor de la confusión y del error de haber dado por bueno el camino alto, que nunca fue calzada o vía romana, sino solamente un sendero montano y ganadero. Como en Somport y en el Puerto del Palo.

Ese era el Camino, que el emperador Honorio mandó custodiar el año 408. El que hizo Abderrámán Al-Gafiqi, yendo, el 732, a la batalla de Poitiers. El que siguió Carlomagno el año 778, etc.

En otra visita hecha recientemente a la torre Urkulu, supuestamente torre-trofeo romana hasta ahora, Moreno llega a la conclusión de que se trata de una torre defensiva de comienzos del siglo XVI, conectada con la no lejana del Castillo del Peñón (Chateau Pignon), y construida igualmente por Fernando II de Aragón tras la conquista de Navarra.

 A mí, que hice el camino alto con mi amigo José Luis Molinat desde San Juan y redacté toda una crónica en el periódico sobre nuestra dura marcha, y que escribí otro reportaje sobre la torre-trofeo romana de Urkulu, no me duelen prendas, ni se me caen los anillos, que no llevo, por dar ahora por bueno lo que afirman los que saben mucho más que yo, contento de conocer una nueva verdad, expresión de realidad, y con el propósito de darla a conocer, como  hice un día, con toda mi buena voluntad,  con un extendido error común.