La Unión Europea se completa

 

 

                         La invasión de Ucrania por Rusia nos cogió a todos con el pie cambiado. Despertó a la OTAN, hoy más fuerte que ayer, y muchos países de la Unión europea multiplicaron sus gastos de defensa. Ya la gestión de la pandemia del covid-19, con la adquisición centralizada de vacunas y la aprobación de un masivo fondo de recuperación, fue una inyección de credibilidad de la Unión y un estímulo hacia la necesaria federalización.

El pulso y el impulso de Ucrania por ser miembro de la UE ha puesto en primera línea de salida a Ucrania y a Moldavia, ya con el estatus de aspirantes, y los otros ocho Estados que están en la lista de espera han conseguido que  se hable de ellos en la actual reunión informal en Granada de la Comunidad Política Europea (CPE: todos los países de la Europa geográfica), en la oficial de los 27 y en la próxima oficial de diciembre.

¿Podrán todos ellos  ser parte integrante de la Unión antes de 2030, como declaró hace unos días el presidente del Consejo? Pronto es para asegurarlo. Y a fe que me parece una declaración inoportuna y hasta imprudente.

Pero a los 20 años de aquella ampliación tan discutida y por muchos condenada -Alemania parecía ser el malo de la película-, hoy sabemos que fue un gran acierto, a pesar del alto precio pagado en algunos sectores. La presión migratoria, el problema principal junto con la guerra, hubiera sido mucho mayor, y solo entre todos los países unidos, al occidente de Rusia, podrá en un futuro próximo tener una salida, si no un remedio.