La victoria, por vez primera desde 1921, del Sinn Féin, brazo político del IRA, es una noticia de primera magnitud.
La división de los unionistas, sus discrepancias con las consecuencias del Brexit, pero sobre todo la renovación del partido republicano católico, su política social y su impacto en los más jóvenes, explica ampliamente su victoria.
Su ascenso en el Ulster (Norte de Irlanda) es similar también al progreso, ya evidente en las elecciones generales de 2020, en la República de Irlanda.
La posibilidad de la reunificación de las dos Irlandas está sin duda más cerca, sobre todo por razones demográficas, pero también políticas.
Pero todavía es débil la convicción general sobre dicha reunificación, no solo en el Norte, donde una gran mayoría sigue siendo unionista, partidaria de la unión con el Reino Unido, y en el Sur la mayoría favorable a la reunificación no es tan grande como podía esperarse: sólo 6 de 10 entre los que responden al último sondeo.