Las florecillas del PCE

    Viene Marcos Ana, el legendario poeta comunista, a presentar un libro suyo a Pamplona, en el que cuenta sus cárceles, sus torturas, sus condenas a muerte. No las atrocidades cometidas por los comunistas españoles, sobre todo en sus años de poder. Estando muy de acuerdo con todos sus propósitos actuales de convivencia, de reconciliación y de paz, de los que hace gala, y con razón, lo que no puedo es sumarme a ese triste y cómodo coro de elogios a sus actuaciones como héroe de la libertad, ni tampoco a esa relectura de una historia macabra, convertida en florecillas del partido comunista español. Marcos Ana – escribe un ingenuo periodista, que de historia debe de saber bien poco- también reconoció las «atrocidades» que se cometieron en la zona republicana: «Se nos fueron de las manos muchas cosas», como la toma de un convento a cuyas monjas se les les sometió a toda clase de vejaciones, hasta que intervino Dolores Ibarruri, la Pasionaria, para liberarlas. Agradecidas, cinco de ellas acudieron al comité central del Partido Comunista para llevarle un ramo de flores a la Pasionaria. Florecillas del PCE.