(Dicen que Thomas Edison hizo la primera guirnalda de luz navideña y que su socio Edwuard H. Johnson fue el primer cristiano que iluminó con bombillas un joven árbol de Navidad. En 1894 el presidente de USA, Grover Cleveland, fue el primero en montar un árbol navideño con luces eléctricas. )
Todas estas bandas navideñas deslumbrantes
y estas innumerables luces de los innumerables
comercios, tiendas, restaurantes,
y otros muchos centros de belleza y de poder
de este emporio turístico mundial,
qué Dies Natalis Solís celebran?
Qué emperador o qué solsticio?
Qué Dios nuevo o Dios eterno?
O a todos ellos a la vez?
Hágase la luz –dijo Dios- y fue la luz,
cuando todo en la tierra era caos y confusión.
Y llamó Dios a la luz Día
y a la oscuridad Noche la llamó.
Dios es luz –escribe el autor de la Primera Carta de Juan-
y en el Él no hay tiniebla alguna.
Y esto da pie a Fray Luis, poeta casi divino,
para decir:
Vestido estás de gracia y de belleza/
y luz resplandeciente.
Pero la luz no se quedó en el cielo.
según el poeta cívico León Felipe,
la carne se hizo luz?/ o la luz se hizo carne?
Qué más da … es igual (…)
Es el único rayo de luz/ que hasta hora ha podido atravesar/
ese muro terrible del misterio/
Él abrió un boquete/ ha señalado un camino.
También Federico compara a la luz con Dios:
La luz es Dios que desciende/
y el sol/ brecha por donde se filtra.
Con razón el centro turístico mundial de Platja d’Aro
se inunda de luz, se deslumbra de luz, se ciega de luz.
y, aunque muchos no sepan el origen genuino
de la fiesta de la luz,
Novalis, el recio poeta alemán autor de Cánticos Espirituales,
canta incontestable:
Él es la estrella/ Él es el sol, la fuente/
eterna de la vida; en la hierba y la piedra/
en el mar y la lumbre/ está el rostro infantil
resplandeciendo.