Las voces de Antígona

Veo y oigo el video-audio presentado por la Fundación Víctimas del Terrorismo, Las voces de Antígona, en el que se recoge el relato de 10 mujeres que han sufrido el terror de ETA en su familia, realizado por Pedro Arjona, producida por Jorge Martínez Reverte, con música de Javier López de Guereña y locución de Felipe Hernández Caba. Vuelve la figura trágica griega, predilecta de los públicos, para simbolizar nuestra mayor tragedia nacional en tiempos de democracia. Vuelve, por la vía del arte, el viejo  conflicto ente religión y utilitarismo humano, dos concepciones de la existencia que muchas veces buscan horizontes opuestos. Negar al hermano muerto el descanso en la tierra maternal y centenaria es un crimen contra los dioses, huella un derecho divino y no hay utilidad de la política tirana que lo justifique: «No pensaba que tus proclamas tuvieran tanto poder -le grita Antígona a Creonte- como para que un mortal pudiera transgredir las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses. Éstas no son de hoy ni de ayer, sino de siempre, y nadie sabe de dónde surgieron. No iba yo a obtener castigo por ellas de parte de los dioses por miedo a la intención de hombre alguno«. No todo acaba, pues, en el derecho positivo del Estado o de la Comunidad Autónoma. No todo lo rige, lo dirige y lo regula el poder político de turno, la opinión pública reinante, la dictadura de la moda (de la vida) que nos rodea. Ni antes ni ahora, ni ahora ni nunca.