Tengo para mí que Gottfried Wilhem von Leibniz (1646-1716) ha sido, en el ámbito intelectual, el hombre más completo que ha existido en el mundo hasta el momento. Un hombre genial y, además, activo como pocos. Fue matemático (inventor del cálculo infinitesimal), físico, alquimista, naturalista, psicólogo, lógico, metafísico, historiador, filósofo, jurista, diplomático, teólogo, ecumenista, consejero de prícnipes, viajero y corresponsal universal. Luterano fervoroso, fue admirador sincero del catolicismo. Europeo convencido, escribió numerosas páginas sobre Europa, los proyectos anteriores (como el del abbé Saint-Pierre) y otros de su tiempo. Fue con todo su inmenso talento ciudadano del mundo: No soy de ésos que están fanatizados por su país o aun por una nación particular, sino que estoy al servicio del género humano entero; porque considero el Cielo como la Patria y todos los hombres de buena voluntad como los conciudadanos en el Cielo, y me gusta más hacer mucho bien entre los rusos que poco entre los alemanes y los demás europeos. (…) Porque mi inclinación y mi gusto van hacia el Bien General…