Todas las lenguas son bellas, precisas, luminosas. Todas las lenguas son horribles, crueles, violentas. Todas son un canto suave o un ladrido salvaje. Son las bocas las que las transforman (Lori Saint-Martin).
Son las bocas las que convierten la posibilidad en hecho. Las que hacen de la virtud maldad. O de la belleza fealdad moral.