Al tratar sobre la burguesía castellana y catalana al finaldel siglo XIX, el excelente historiador que fue -y sigue siendo en su obra- Jaume Vicens Vives escribe sobre la primera: Esta burguesía era menos liberal que la catalana, puesto que si bien se aprovechó de la desamortización, condenó las quemas de conventos. En cambio los barceloneses tendían cada vez más hacia el progresismo, y era tópico común en ellos ofrecer a María Cristina sus pechos -y los de sus obreros- para aplastar «la hidra de la reacción«. Si el historiador no escribe en términos humorísticos, cosa que por el contexto no parece, en el último tercio del siglo XIX condenar las quemas de conventos debía de ser un signo de antiliberalismo y, en cambio, ofrecer, retóricamente, los pechos -bastaría el pecho- para aplastar la hidra de la reacción, hacía a uno liberal. Ya se ve que a comienzos del siglo XXI tampoco en este punto hemos inventado nada.