Los Magos en Belén

   (Is 60, 5-6; Sal 72, 10-11;
              Mt 2, 1-12)

Eran los sabios de Oriente
y la mucha devoción
de sabios los hizo reyes.

De Arabia, Persia o Sabá:
Hor, Hormizda o Basanáter;
Melchor, Gaspar, Baltasar…

Viejos de blancos cabellos
o jóvenes rubicundos.
Y al fin aparece un negro.

Dos, tres, cuatro, y hasta doce,
y después tan sólo tres,
porque tres fueron los cofres.

La riqueza y simpatía
de todo el mundo gentil
trajo el oro, incienso y mirra.

Porque en Belén se encendió
la luz de la amanecida,
que es la gloria del Señor.

Mateo quiso decir
que sus cristianos gentiles
también estaban allí.

Ya no hay griegos ni judíos,
ya no hay varón ni mujer,
ya no hay ni pobre ni rico.

Fiesta de la Epifanía:
Dios se revela y se da
sin reserva ni medida.