En su siempre actual página informática, llamada Desolvidar, Patxi Mendiburu, militante de muchas buenas causas, nos explica el porqué de su última buena acción, que él, con humor pedagógico denomina ekintza. Levantó con sus manos en medio de una pálida manifestación ciudadana la fotografía de José Javier Uranga, director de DN, ametrallado por ETA y herido gravísimo, frente a la pancarta de los portadores de Bildu y compañeros de viaje, incluido ahora PODEMOS, que decían manifestarse a favor de la libertad de expresión con motivo del atentado yihadista contra el semanario francés Charlie-Hebdo. Los amigos y sucesores de los que acabaron para siempre con la libertad de expresión vital de casi mil personas porque se expresaban política y socialmente de muy distinta manera a la suya, al considerarse, quererse y sentírse españoles, haciéndose ahora de defensores y garantes de la libertad de expresión… Los ejecutores de cientos y miles de actos de opresión contra la libre expresión, travestidos ahora de portaestandartes de la justicia universal… Los amigos y sucesores de los plomíferos, portadores del plomo asesino durante cuarenta años, en guisa ahora de plumíferos, defensores de las plumas libres, contra las que sus predecesores, de los que nunca han renegado, descargaron tantas veces su metralla asesina, y poniéndose, además, esa pluma sobre su cabeza… Hechos arrojadizos como éste, elocuentes de por sí, pacíficos y pedagógicos, nos han faltado demasiadas veces en nuestra larga lucha contra el terror. Y esta es también la hora de la pedagogía pública y de la respuesta clara y oportuna de la mayoría, mayoritariamente silenciosa y corderil.