Según nuestros periódicos, tan profesionales, «los radicales» han agredido y herido en Alsasua a un teniente y a un sargento de la Guardia Civil y a sus dos mujeres acompañantes. Los mismos «radicales» los insultaron y los denostaron, y posteriormente justificaron su soez actuación. Al leer la noticia, me pregunté si habían resurgido las bandas de jóvenes bárbaros, del Partido Radical de Alejandro Lerroux, de principios del siglo XX. O si habían venido desde sus lejanos cuarteles delincuentes anónimos del Partido Radical de Argentina, Suiza o Italia. ¡Radicales! ¿Arraigados? O, al revés, ¿desarraigados de la moral universal y del sentido de dignidad de las personas? ¡No son radicales – Son terroristas!, me daban ganas de gritar durante la concentración de ayer.