El Juzgado de Primera Instancia de Torrejón de Ardoz emitió una sentencia el 25 de octubre pasado, en la que daba la razón a los Testigos de Jehová y se condenaba al secretario de AEVTJ (Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová) a indemnizarlos con 5.000 euros por daños y perjuicios por tacharles como la peor de las sectas y como una secta peligrosa. Consideraba el tribunal que las acusaciones referidas suponen una intromisión ilegítima en el derecho al honor, a la vez que sostenía que dicha confesión religiosa, con 8´7 millones de fieles en 239 países, es una confesión registrada y reconocida por el Estado y de notorio arraigo en España.
Pero, mes y medio más tarde, el tribunal n. 6 de la misma localidad desestimó otra denuncia de los Testigos contra la AEVTJ y reconoció que se pueden referir a ellos como una secta, al tratarse de crítica legítima, aunque pueda resultar desagradable, incluso hiriente, para los fieles. La magistrada que firma el auto da veracidad a quienes sostienen ser sus víctimas y reconoce un control excesivo sobre la vida de los fieles, en un ambiente de supervisión insistente. Lo que para las víctimas fue una sentencia histórica, y para los Testigos, en cambio, una decisión judicial escandalosa.
En una posterior sentencia, de 10 de enero de este año, la misma juez, reiterando su propio criterio anterior, escribe: Debo declarar y declaro que no ha existido vulneración del derecho al honor de la confesión Testigos Cristianos de Jehová, y se reconoce la prevalencia de los derechos de libertad de expresión e información sobre aquel.
Los previsibles recursos acabarán en la Audiencia Provincial de Madrid. Mientras tanto, un abogado del equipo jurídico de los Testigos recuerda que el tribunal Europeo de Derechos Humanos ha confirmado repetidamente que aquellos son una religión dedicada a actividades y prácticas completamente pacíficas y no discriminatorias, que no son diferentes de la manera en que otras religiones enseñan o expresan sus creencias y práctica.