Son palabras de la célebre actriz porno francesa Emmanuelle (Silvia Kristell) -título también de la película, que estuvo 13 años en cartel-, a quien Rubén Amón entrevistó en Amsterdam cuando tenía 54 años, y vestía como una catequista:
(…) Los hombres han amado mi cuerpo. Ni siquiera yo me pertenecía a mí misma. No, nadie ha tenido mi corazón, porque a nadie se lo he dado. (…) Me he prestado y me he alquilado, pero nunca me he dado. Quise ser grande y siempre fui una niña.
¿Qué mejor y más breve descripción del amor prostituido, del amor profanado?