Misterio de Obanos

 

         Al Misterio de Reyes, de Sangüesa, se le sumó en 1962 el Misterio de Obanos, promovido, organizado y escrito por aquel gran organizador y orador de masas, y buen escritor, que  fue el culto sacerdote de ese pueblo, Santos Beguiristain. Mucho antes de que en Aras y después en Andosilla se animaran a traducir, a su manera,  la rica representación de la Pasión que contemplaron en Calahorra. Tres años más tarde -ahora hace cincuenta, bodas de oro-, y reescrito en vesos alejandrinos por el escritor y poeta Manuel Iribarren, se representó con gran éxito en la misma plaza con el título Misterio de San Guillén y Santa Felicia.

Drama familiar y sacro, en torno al Camino de Santiago, que pasa por Obanos, entre la princesa aquitana, Felicia (la víctima) y su hermano el príncipe Guillermo (el asesino), santos posteriormente los dos, su memoria la celebran los lugares de Amocain (Elía), Labiano y la ermita-fuerte de Arnotegui (Obanos).

Grupos de teatro, agrupaciones corales, músicos, pintores, directores escénicos… hasta 600 personas, llegaron a participar en el espectáculo, de variado y elegante vestuario, rico movimiento y puntos de genuina emoción teatral.

La dificultad múltiple de tamaña máquina humana, y más en tiempos de crisis, que hizo necesarios cambios, reducciones y paréntesis, no debiera dejar morir una de las madrugadoras y más populares escenificaciones navarras.