Mientras alcaldes, presidentes de Parlamentos y de Comunidades Autónomas -que no Autonomías- se han ido subiendo durante estos últimos tiempos los sueldos y las sinecuras, sin apenas oposición de nadie, y mientras algún que otro presidente autonómico gasta dos millones de euros en remodelar su despacho, viene el presidente del Parlamento (¿por qué Parlament, cuando se habla o se escribe en castellano?) Catalán, le echan en cara que el gasto llevado a cabo en su coche -escritorio de madera, reposapiés y un nuevo sistema tecnológico- supera los 9.000 euros, deshace lo hecho y va y coge y agarra una declaración ante la prensa en la Cámara catalana, explica por qué y para qué lo ha hecho, pide disculpas a las familias en crisis y ordena que se suspenda la renovación automática de vehículos adscritos a los cargos del Parlamento (no del Parlament), incluido el suyo propio Muy bien, sí señor, así, así se hace. Aixis mateix.